El presidente Javier Milei busca establecer un Ministerio del Interior "poderoso" para mejorar las relaciones con los gobernadores, pero mantiene su intención de vetar la ley de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Esta ley, que fue consensuada por los 24 gobernadores, permite una distribución más equitativa de los fondos entre la Nación y las provincias. Sin embargo, Milei considera que esta normativa afecta el equilibrio fiscal del país.

La Casa Rosada ha confirmado que se vetarán varias leyes recientes, incluyendo la de financiamiento universitario y la de emergencia pediátrica, además de la ley de ATN. Esta última, que fue sancionada por la Cámara de Diputados el 20 de agosto, busca asegurar que las provincias reciban fondos sin depender de la discrecionalidad del gobierno nacional. La decisión de vetar esta ley ha generado descontento entre los gobernadores, quienes ven en ello una falta de voluntad para dialogar.

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el nuevo ministro del Interior, Lisandro Catalán, han sido designados para establecer una mesa de diálogo con los gobernadores. Sin embargo, muchos mandatarios se muestran escépticos sobre la efectividad de este acercamiento, dado el historial de incumplimiento de acuerdos por parte del gobierno. El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, expresó su frustración, afirmando que "es muy difícil que los gobernadores acompañen cuando no hay reciprocidad".

A pesar de los intentos de Milei por acercarse a los gobernadores, la insistencia en vetar la ley de ATN ha dejado a muchos en la incertidumbre. Los mandatarios esperan un gesto de buena voluntad que demuestre que el gobierno está dispuesto a cambiar su enfoque hacia las provincias. La falta de comunicación y la percepción de que el gobierno no cumple sus promesas han alimentado el escepticismo entre los gobernadores.

El gobierno también está trabajando en el presupuesto para 2026, que se enviará al Congreso pronto. Se prevé una caída en la recaudación, lo que podría complicar aún más la situación financiera. En este contexto, la Casa Rosada busca establecer un diálogo con los gobernadores, pero la falta de confianza y los desacuerdos previos dificultan este objetivo. La situación política sigue siendo tensa, y los gobernadores están atentos a cualquier señal que indique un cambio en la relación con el gobierno.