Si bajaste la cafeína y, de pronto, tus sueños parecen películas en 4K, no estás solo. Aunque la evidencia directa es limitada, hay una explicación plausible: la cafeína bloquea la adenosina , la molécula que nos induce sueño. Al hacerlo, acorta y fragmenta el descanso , en especial el sueño profundo (NREM) y puede desplazar o reducir el sueño REM , la fase donde soñamos con mayor intensidad.
Cuando reduces o eliminas el café (y otras fuentes de cafeína), el sueño suele recuperar continuidad y duración . Con más tiempo total de descanso, aumenta la proporción de REM , lo que se traduce en más oportunidades de soñar y, además, más probabilidad de recordar esos sueños (porque solemos despertar desde REM, cuando el recuerdo está “fresco”).
Este efecto “soñador” suele aparece