Escuchar crujidos, chasquidos o chirridos al doblar o estirar la rodilla es muy común y, en la gran mayoría de los casos, no es señal de daño . A este fenómeno se le llama crepitación de rodilla y puede oírse al subir escaleras, levantarse de una silla o incluso al caminar. Las posibles causas incluyen el deslizamiento de tendones sobre el hueso, pequeños cambios del cartílago o el estallido de burbujas de gas dentro del líquido articular. La ciencia aún no tiene una explicación única y definitiva.
Una revisión de 103 estudios (36.439 personas) halló que 41% de la población general presenta rodillas ruidosas y 36% de quienes no tienen dolor ni lesión también las tienen. Aunque la crepitación es más frecuente en personas con artrosis (hasta 81%), no predice por sí sola