Carlos Cuesta 11 SEPT 2025 4:00
Es un imponente capricho geológico en el macizo de Peña Mea, en ese concejo de Laviana que debería promocionar más como icono turístico y gusto por lo propio. Conozco esa formación pétrea desde niño, cuando subía con mi padre y miembros del grupo de montaña Peña Mea lavianés tras alcanzar el picu y descender unos metros hacia Pelúgano y su campa imposible. Siempre me pareció ese Ojo de Buey como un monumento natural cargado de magia y sentimiento.
Mi padre, un día de historia montañera por ese enclave, me prometió que me iba a regalar ese dibujo geológico para guardarlo con amor y fuerza en mi mente infantil. Ya sé que esta promesa era en sentido figurado y con la intención de no seguir insistiendo en una petición con pocos visos de prosperar. En ese tie