Gonzalo Hugo Vallejo Arcila

Estos son apartes de una antigua y sentida carta enviada a un docente: “Maestro, usted no es mi padre, pero su palabra encendida y su ejemplo callado me hicieron entrever otros caminos menos transitados, más íntimos. Maestro, usted no es mi hermano, pero supo marchar conmigo y su mano firme y la mía vacilante, escribieron juntas las primeras letras del abecedario de las fidelidades. Maestro, su nombre no figura en las enciclopedias colmadas de personajes ilustres, pero usted es muy importante en mi vida. Por culpa suya entronicé el valor y el esfuerzo entre mis dioses tutelares. Maestro, usted no es un filósofo, pero gracias a sus sabios designios comencé a vislumbrar los destellos de la armonía cósmica y ver a los otros seres del universo como hermanos y compa

See Full Page