El ejército de Nepal retomó este miércoles el control de la capital, Katmandú, después de dos días de disturbios, los más violentos en veinte años, que llevaron al primer ministro a dimitir y a la apertura de un diálogo sobre el futuro del país.
El lunes la policía nepalí reprimió violentamente una ola de protestas en contra la corrupción y una reciente decisión del gobierno de bloquear las redes sociales. Los enfrentamientos dejaron al menos 19 muertos y cientos de heridos.
A pesar del restablecimiento de plataformas como Facebook, X o YouTube, la promesa de una investigación sobre la violencia policial y la renuncia del primer ministro, KP Sharma Oli, grupos de jóvenes manifestantes, bajo el paraguas de «Generación Z», saquearon el martes edificios públicos y las viviendas de varios di