Un “Toxic Tour” es una visita guiada a lugares que han sido afectados por la contaminación o degradación ambiental, a menudo como forma de protesta o denuncia de las consecuencias de actividades industriales o megaproyectos. Estos recorridos turísticos buscan evidenciar los impactos negativos en el medio ambiente y la salud de las personas, así como las luchas de las comunidades afectadas. Pero muchos los realizan porque disfrutan con lo que ven, les encanta ver el proceso del fracking de cerca, oler restos de bombas, acercarse a la muerte. ¿Hay placer en ver la destrucción?
Gente deposita flores cerca de un monumento en honor a los fallecidos en las labores de limpieza tras el desastre nuclear de Chernóbil, con motivo de su 39.º aniversario, en Kiev. (Ucrania, Kiev) EFE/EPA/SERGEY DOLZHE