Septiembre no es un mes más en Chile. No solo porque el 21 comienza la primavera, ni porque la chicha y las empanadas inundan el ambiente. Tampoco estamos pensando únicamente en el 18 de septiembre de 1810, cuando por primera vez los chilenos tuvieron alguna voz en los asuntos del reino, faltando aún varios años para hablar de independencia. Nos referimos al 11 de septiembre: a pesar de que han pasado 50 años y muchos de nosotros no estábamos vivos en 1973, sigue marcando nuestro rumbo como país.
Los avances económicos que algunos atribuyen al gobierno militar no justifican, bajo ninguna circunstancia, las brutalidades cometidas. Tampoco el complejo escenario político de la época puede explicar lo ocurrido después.
El problema no es que tengamos visiones distintas sobre un hecho históric