La muerte sobrevoló, por momentos con fiereza, una de las aulas de la escuela Marcelino Blanco , en La Paz, mientras la alumna de 14 años apuntaba repetidamente contra su humanidad, amenazante, pasándose el arma de fuego de una mano a la otra, siempre con un dedo en el gatillo. Frente a ella, tan pequeña y frágil, dos negociadores policiales tan profesionales, templados y capaces como azorados.
La tragedia estuvo a 5 segundos de apoderarse de la escena, coincidieron jefes policiales y judiciales.
La menor de edad, hija de un comisario en San Luis y responsable del arma , había disparado varias veces y la escuela había sido evacuada . Estaba casi vacía. Sólo permanecían ella y los policías y civiles del comité de crisis . Cara a cara. Contrarreloj .
Más tarde, ya lejos