Septiembre siempre trae consigo un aire distinto en Ciudad Juárez. El viento del desierto ondea las banderas que cuelgan de los postes y balcones, de las casas de los fraccionamientos y colonias, las plazas se llenan de música, luces y colores. Los mercados improvisados en las calles del centro, en los cruceros y supermercados, venden cornetas, sombreros, bigotes falsos, rebozos y banderitas de todos tamaños, desde la más pequeña que se pega con goma en los parabrisas de los carros, hasta las colosales, casi del tamaño de la mega bandera. En cada esquina aparecen los tonos verde, blanco y rojo: en los globos que cargan los niños, en los vestidos de las niñas que ensayan bailables, en los manteles de las fondas y restaurantes que ofrecen pozole, enchiladas, flautas, tamales y aguas frescas
Fiestas patrias en la frontera

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