El alza sostenida en el precio de la bolsa de la compra se ha convertido en una preocupación cotidiana para millones de hogares. Lejos de tratarse de una simple subida estacional, asistimos a un fenómeno estructural que ha llegado para quedarse. Los productos básicos –pan, leche, arroz, aceite– han experimentado en el Estado incrementos que, en algunos casos, rozan el 35% en los últimos cinco años, por encima de las cifras de la eurozona o de Estados Unidos. Mientras tanto, los salarios se mantienen estancados o incluso disminuyen en términos reales, alimentando un círculo vicioso que golpea especialmente a las clases medias y trabajadoras. Las cifras oficiales hablan de una inflación contenida, pero la realidad del supermercado desmiente esa narrativa. Reponer la despensa o completar el m

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