El sol se colaba entre las tribunas del estadio y la ciudad contenía la respiración.Este viernes, la pasión futbolera alcanzaría su cénit en el clásico Cuyaya vs. Lavalle, y entre el rugido de los hinchas, dos figuras caminaban tranquilas hacia la cancha: Marcelo Pereira y su hijo Diego Martín, padre e hijo, árbitros y guardianes del orden en el terreno de juego. Diego Martín Pereira, joven árbitro con proyección nacional y sudamericana, asumía el desafío de ser el árbitro principal, escoltado por los experimentados Víctor Condo y Edgar Cacho Segovia. Su padre, Marcelo, referente histórico del arbitraje jujeño, acompañaba a su hijo con la mirada de quien sabe que la grandeza también se construye desde la paciencia y la disciplina. Marcelo Pereyra, el mentor: “Estamos bien, seguimos en la L

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