Para Laura Restrepo, que el horror del mundo se transforme no es cuestión de optimismo o pesimismo, sino de rebeldía. Justamente en su último libro, Soy la daga y soy la herida , pone a prueba la capacidad de un asesino a sueldo –cuyo dios es la maldad en persona– para desobedecer el mandato de la violencia, para ir en contravía de lo que la misma autora llama la “burocracia criminal”, un sistema que no está únicamente relegado a la ficción.
Y aunque hablar de la oscuridad que rodea a la condición humana no es un tema nuevo en la obra de Restrepo, una de las autoras colombianas más destacadas a nivel internacional, esto no responde a una fascinación por el mal, sino todo lo contrario.
Siga leyendo: Andrés Cota revelará en Medellín los secretos de ajolote, el misterioso animal mexican