En el oriente antioqueño, a tan solo 75 kilómetros de Medellín, se levanta Guatapé, un municipio que parece sacado de un cuento gracias a la armonía entre tradición y arte. El pueblo se distingue por sus coloridas casas adornadas con zócalos, que representan escenas de la vida cotidiana, símbolos culturales y elementos naturales, convirtiéndose en un museo al aire libre que narra la identidad campesina y la memoria de su gente . Fundado en 1811, el lugar se ha consolidado como un ejemplo de cómo la modernidad y la tradición pueden coexistir sin perder autenticidad.

El encanto de las calles y sus flores colgantes

Las calles de Guatapé se transforman en pasajes sensoriales gracias a la presencia de macetas colgantes donde predominan begonias y geranios, que generan un contraste vibrante

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