La tambaleante administración de Javier Milei sigue procesando el mazazo del 7S. El poder económico también sigue recalculando cuánto le costará un nuevo tropiezo gubernamental. Al FMI no parece quedarle mucho más margen que cerrar filas con su principal deudor, aunque es difícil imaginar que siga desembolsando los miles de millones de dólares que demandaría sostener en el tiempo el modelo argentino de dólar súper barato, el de la fiesta financiera de los ricos, el de “todos se sacan fotos en Europa” de la clase media y el de las esperanzas que nunca se cumplen para los sectores de menores ingresos.

Por eso los sectores populares fueron los primeros en abandonar a LLA, que solo conservó los votos de los más acomodados, los que cualquier diagrama de Venn mostraría en intersección casi perf

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