La llegada de Marcus Rashford al FC Barcelona fue uno de los grandes titulares del mercado de verano. El delantero inglés, tras varios años de altibajos en el Manchester United y una cesión irregular en el Aston Villa de Unai Emery , buscaba un nuevo impulso en su carrera. Su insistencia y la oportunidad que ofrecía el Barça culminaron en un préstamo para la temporada 2025-26 con una opción de compra incluida.
Sin embargo, el inicio de Rashford en la disciplina culé está muy lejos de lo esperado. Tres partidos disputados y cero goles reflejan un arranque frío, que contrasta con las expectativas generadas en torno a su fichaje. En el club, donde confiaban en encontrar un atacante desequilibrante, ya le han transmitido un mensaje claro: deberá elevar su nivel si quiere quedarse en