“Salven al malecón de Progreso, urge que rescaten las playas; este pintoresco lugar está perdiendo su atractivo, la erosión lo está dañando mucho”, ese es el grito que lanza la señora Nelly Castillo Peraza, de 94 años de edad, quien desde su silla de ruedas observa nostálgica cómo el mar se va “comiendo” la arena y poco a poco la playa va desapareciendo.

Doña Nelly Castillo no grita en el desierto, otros paseantes meridanos y habitantes se unen al reclamo, a la petición general, de salvar al malecón, de rescatar la playa, el mar ya se comió unos 250 metros de los 1,000 metros de longitud del litoral de ese paseo turístico del principal puerto de Yucatán, que durante todo el año recibe en promedio a poco más de un millón de visitantes que ocupan camastros y sombrillas.

Con 97 años, el mal

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