Ocurrió en la Academia Militar de Zaragoza , y también en la Escuela Naval de Marín . Antes de empezar, los altos cargos le dieron a la princesa Leonor una serie de recomendaciones. Entre ellas, que se pusiera en forma. La exigencia iba a ser alta y aumentaría con el paso de los meses. Sin embargo, Leonor no siguió esas pautas. Y se le tuvieron que hacer concesiones, liberándola de algunas de las tareas más exigentes. Ahora la situación se repite en San Javier. No solo eso: se agrava porque el nivel de exigencia es mayor.
La princesa Leonor encara un año decisivo en la Academia General del Aire de San Javier , donde se forma como piloto militar. Este último tramo es clave: al completarlo, recibirá la tercera condecoración y alcanzará el rango más alto en su recorrido como ca