El autor de esta columna sostiene que las universidades chilenas no se están preocupando de capacitar a sus profesores para los desafíos de la educación actual. Dice que urge la creación de un «Manual del Docente Universitario» que marque la pauta. Concluye que a los docentes «hay que darles herramientas, acompañamiento y sentido de propósito. El mensaje es claro: dotar a sus docentes de herramientas actualizadas y diseñar currículos que respondan a la velocidad del cambio. De lo contrario, el riesgo no es solo académico: es social».

Las universidades chilenas hablan de innovación, pero siguen operando con estructuras propias de la revolución industrial. Planes de estudio rígidos, clases frontales interminables y profesores que, en muchos casos, fueron formados para otra época. La contrad

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