En cada hogar latinoamericano hay una botella o un blíster con pastillas destinadas a calmar el dolor. Puede ser acetaminofén, aspirina o ibuprofeno. Pero entre todas, hay una marca que logró convertir un compuesto químico en sinónimo de alivio: Advil . Su historia, sin embargo, no empieza en un laboratorio estadounidense ni con una gran campaña publicitaria, sino en la Inglaterra de los años sesenta.
Advil es hoy uno de los nombres más reconocidos en los hogares cuando alguien necesita aliviar un dolor de cabeza, muscular o simplemente bajar fiebre. Es una marca de ibuprofeno —un antiinflamatorio no esteroideo (AINE)— que hoy pertenece a Haleon , empresa nacida en 2022 como spin-off de las áreas de salud de consumo de grandes compañías farmacéuticas.
Orígenes: más allá del “dolor pa