La modernización del arsenal nuclear en Estados Unidos se ha convertido en un auténtico revuelo político y técnico, con el Pentágono en el centro de las críticas. La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO), el principal órgano fiscalizador del Congreso norteamericano, ha emitido un informe demoledor sobre la gestión de la Fuerza Aérea. En paralelo, figuras como la senadora Elizabeth Warren han elevado el tono, lanzando duras acusaciones de mala gestión y de ocultar al legislativo los verdaderos costes de sus programas estratégicos. Toda esta controversia adquiere una mayor urgencia en un contexto geopolítico tenso, en el que algunos altos mandos militares ya han lanzado su .

De hecho, el origen de esta tormenta se encuentra en el ambicioso programa LGM-35A Sentinel, concebido

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