En un pueblo de palafitos de Colombia los pescadores sumergen sus redes en busca de peces para comer y vender. Pero en su lugar encuentran una planta invasora que crece sin freno y amenaza con desplazarlos como en los peores años del conflicto armado.
Con tejados de lata y paredes de madera, las coloridas casas de Nueva Venecia están construidas sobre la Ciénaga de Pajarales en el Caribe colombiano, cercada desde finales del año pasado por la Hydrilla verticillata, un vegetal acuático rojiverde procedente de Asia.
Común en los acuarios, se presume que ingresó al país de manera ilegal.
Su crecimiento a ras del agua impide la pesca y dificulta la navegación en esta zona sin vías de asfalto y rodeada de casas levantadas sobre pilotes de madera.
“Estamos encerrados porque no tenemos para