El análisis de Ricardo Ávila plantea como creciente amenaza que la inflación en Colombia podría no alcanzar el rango meta de 2-4 % fijado por el Banco de la República. Aunque se prevé que al cierre del año el índice de precios al consumidor quede cerca del 5 %, lo cual ya supera ese margen, los riesgos para 2026 podrían empeorar la situación.

Una de las fuentes de presión proviene del anuncio de un aumento significativo del salario mínimo, que entrará en vigor en enero. Aunque este aumento suele ajustarse tomando en cuenta los precios del año anterior para conservar el poder adquisitivo, en este caso se anticipa un alza fuerte —alrededor del 11 %— lo cual podría generar efectos de inflación por la reactividad en salarios, servicios, multas y otros pagos que están indexados al mínimo.

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