Ángel Di María vino para potenciar a Central y, a su manera y en la medida que puede, cumple al pie de la letra. La lectura es sencilla, la enorme mayoría de los goles del Canalla en el torneo son de su autoría. En este Gigante de Arroyito repleto y en modo hervidero, Fideo volvió a hacer de las suyas.

Como lo hizo un par de semanas atrás, en esa épica definición en el clásico. Ahora volvió a adueñarse de la pelota parada, pero la magia apareció por otro lado, por la vía de un córner. ¿Tan preciso fue a la cabeza de un compañero? Nada que ver. Fue directamente al arco. Impresionante sablazo, con comba de Angelito para convertir un gol que formará parte de la historia. Con ese gol olímpico Central alcanzó el empate.

Dicen que los grandes, los distintos, tienen eso, destellos de c

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