El fútbol, como la vida, está podrido de mentiras que de tanto repetirse una y otra y otra vez, pues se van volviendo dogmas. Recuerdo que en la universidad enseñaban la “ilusión de verdad”, que se explicaba como “la exposición repetida en la facilidad de procesamiento”.
¿Cómo así? Pues que cuanto más se insiste en un mismo mensaje, este se vuelve ‘familiar’ y tiende a percibirse como verdadero. En buen cristiano, y como decían los abuelos, “de tanto repetirla, una mentira se vuelve verdad”, frase hermana de “calumnia, calumnia, que algo queda”.
Este mecanismo ha sido históricamente utilizado en propaganda política y publicidad, donde la reiteración sustituye a la evidencia, la realidad. El fútbol, como la vida –¡lo repetí, je!–, por supuesto, no escapa a esto.
Hoy hablaré de apenas tre