TEHERÁN (EFE).— Melenas al aire sin velo, faldas y una clara relajación en las estrictas normas de vestimenta femenina. Ese es el legado de Mahsa Amini en la República Islámica de Irán tres años después de su muerte bajo custodia policial tras ser detenida por no llevar bien puesto el hiyab.
La muerte de la joven kurda de 22 años cuando visitaba Teherán el 16 de septiembre de 2022 provocó unas protestas de marcado tono feminista en las que jóvenes iraníes pidieron el fin de la República Islámica al grito de “Mujer, vida, libertad”.
Las protestas fueron aplastadas con una represión estatal que causó 500 muertos y 22,000 detenidos, pero su espíritu permanece hoy con una suerte de desobediencia civil ante la que el gobierno parece haber tirado la toalla, por el momento.
Muchas iraníes han