Con comida, agua y traslados gratuitos, muchos voluntarios ofrecen ayuda a los familiares de los heridos, por explosión de pipa, que se encuentran en los hospitales, lugares a donde se trasladó la desgracia, ya que la zozobra se vive noche y día por la situación que viven los pacientes.

La ayuda de 20 mil o 50 mil pesos, iniciales, que entregó el Gobierno de la Ciudad de México para los afectados, no alivió la preocupación que prevalece afuera de los nosocomios donde nadie se despega porque en cualquier momento los médicos pueden salir a dar información de los lesionados.

Un joven de 29 años narró brevemente el viacrucis que vive desde el miércoles cuando recibió una llamada desde el teléfono celular de su madre, María, por parte de un policía que le informó que la mujer era parte de las

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