El verano de 2025 no fue solo una estación de récords meteorológicos en Europa, sino el momento en que la economía española recibió una de las facturas más abultadas de la crisis climática, inicio de una sangría económica incontenible que podría alcanzar los 35.000 millones anuales en 2029.
El verano de 2025 grabó a fuego y agua una advertencia a la economía europea, y España se situó en el epicentro de la tormenta: es uno de los países más perjudicados por una combinación de sequías extremas y olas de calor extremas, fenómenos cuyo costo económico ha sido analizado de una forma original en un estudio elaborado por economistas vinculados al Banco Central Europeo.
Al analizar 279 de las regiones estadísticas más pequeñas de la UE (conocidas como NUTS3), el informe revela un mapa detalla