Héctor Valdés, cirujano plástico y escultor.
Como médico formado en un Chile donde estudiar, trabajar y esforzarse era sinónimo de progreso, me resulta doloroso constatar el deterioro de valores fundamentales como el respeto, la justicia y la ética. Esa ilusión de movilidad y confianza en el futuro ha dado paso a un clima de incertidumbre, desconfianza y desencanto.
Rozamos la posibilidad de ser el primer país desarrollado de Sudamérica. Sin embargo, hoy compartimos problemáticas que creíamos ajenas: corrupción económica, social y política; violencia e inseguridad; nepotismo; desempleo; consumo creciente de drogas y narcotráfico. A ello se suma una preocupante pérdida de cohesión social y de sentido de comunidad.
El punto de inflexión —lo que denominó “el día de la infamia”— fue la