En la puerta del castillo de Windsor, que acoge este miércoles al presidente estadounidense, Donald Trump, más de una decena de seguidores del republicano y algún que otro detractor se han agrupado curiosos para recibirle en su segunda visita de Estado a Reino Unido, alejados por las vallas y los gruesos muros del palacio real.
Joseph Afrane recuerda perfectamente cómo Trump le saludó desde la distancia cuando fue a recibirle al Palacio de Buckingham en 2019. Este miércoles quería volver a intentarlo, ataviado en un traje y sombrero a medida con banderas estadounidenses y británicas, pero este "patriota" , como se denomina, se ha quedado con las ganas, pues esta estancia real, a 40 kilómetros de Londres, está mucho más blindada y toda la visita ha ocurrido escondida dentro de sus muros