A la calle Torremolinos le quedan muy lejos el glamour, la ostentosidad y el lujo de las playas concurridas de la Costa del Sol. El aviso de unos vecinos que juegan la partida de cartas en un local que parece un bar (pero que no lo es), se antoja alarmante: "No entréis en esa calle con la cámara" . Mi compañero Alejandro y yo hemos decidido dejar el coche aparcado un par de manzanas más allá. Nos reciben en el primer cruce, en horario escolar, seis o siete chavales de entre 13 y 16 años. "Sácame a los pájaros en la tele". El 'Tormenta' o el 'Rafinha' son dos chivones de jilguero que entrenan los más jóvenes del barrio emulando el cante de estas aves. "Por un pájaro bueno te pueden pagar cuatro o cinco mil euros. Estos son dos promesas. Apostamos para ver cuál 'pega' (canta) más". No
"Aquí no trabaja nadie, se come de la 'vital' ". Dentro del barrio 'Los Vikingos' de Córdoba

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