Tasio vuelve de dar el último adiós su madre. Aunque hasta el momento se había mantenido frío y duro como una roca, el joven se rompe con Gaspar en la cantina.

Entre lágrimas, confiesa sentirse responsable, ya que fue él quien le pidió que volviese al pueblo y le compró el billete de autobús. “Fui yo el que no me despedí de ella por puro orgullo”, dice devastado Tasio.

Gaspar , conmovido, intenta consolarle asegurándole que, a pesar de su último desencuentro, Ángela lo quería profundamente y que jamás le culparía.

En ese momento, Carmen escucha toda la conversación en silencio y aguantando las lágrimas.

“Ahora ella ya no está aquí, pero sé que no voy a estar solo nunca más”, le dice Tasio a su amigo mientras le agradece que no se haya separado de su lado en estos duros momentos

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