La seguidilla de éxitos trajo tranquilidad y el empate en Arroyito mostró un equipo a la altura frente a un rival que resultó una buena medida de cara a la evolución que viene experimentando Boca. Sin embargo, hubo una pequeña mancha que Miguel Angel Russo no quiso dejar pasar. Llamó la atención el enojo que manifestó Carlos Palacios a los 28 minutos del segundo tiempo, cuando el técnico decidió reemplazarlo por Alan Velasco. Al chileno no le gustó y mostró su disconformidad con Claudio Ubeda, ayudante del entrenador.

Entonces, Russo esperó el regreso a los entrenamientos tras el lunes libre y reunió al plantel. Más allá de la charla individual que tuvo con el jugador, abrió el diálogo con el resto de los futbolistas para pedirles que traten que los trapitos sucios se lavaran en el

See Full Page