El devenir cotidiano muestra con frecuencia, en el debate público y en la comunicación diaria, la aparición de frases, conceptos, palabras y modismos que, con mayor o menor fuerza, son adoptados por el colectivo social de una región, un país, un continente o, incluso, de manera global. Es el caso de “la narrativa” y del “controlar la narrativa”, expresiones que, en los últimos años, han pasado a formar parte esencial del lenguaje de la comunicación política y social, así como del repertorio de actores políticos y de gobierno.

Al respecto, la teoría argumentativa de Walter Fisher sostiene, desde 1987, que las historias son más poderosas que los argumentos. Afirma que toda comunicación significativa se produce mediante la narración de acontecimientos y que los seres humanos participan tanto

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