En la gloriosamente desordenada y alocada montaña rusa de Paul Thomas Anderson a través de la América moderna, los objetos en el espejo retrovisor pueden perderse de vista, pero no desaparecen.
Las luchas políticas nunca mueren en “One Battle After Another” ("Una batalla tras otra"), solo se repiten. O tal vez envejecen y se convierten en paranoicos, fumadores de marihuana y usuarios de pijamas como Bob Ferguson (Leonardo DiCaprio), un revolucionario fracasado que vive fuera de la red con su hija, Willa (Chase Infiniti). Los ciclos de opresión y resistencia se sienten palpablemente en la película de Anderson, una odisea que abarca décadas donde la violencia armada, el poder blanco y las deportaciones de inmigrantes se repiten en un baile continuo, tanto farsesco como trágico.
Pero “One B