‘Guardianes de la noche: La fortaleza infinita’ (Kimetsu No Yaiba) es la cuarta película derivada del anime de Ufotable, y se ha convertido en el anime que más dinero ha hecho en EEUU y España
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Se esperaba que la taquilla veraniega de 2025 le diera un respiro a las salas de cine y los pronósticos fueron demasiado optimistas. La prometida resurrección del cine de superhéroes no se consumó —Superman y Los 4 Fantásticos: Primeros pasos tuvieron cifras tirando a discretas—, mientras que el “renacer” de una franquicia sobradamente asentada como Jurassic World compartió su triunfo con el de F1: La película, sin que ninguna de ellas superara los 1.000 millones de dólares. En 2025 eso solo lo ha podido hacer el remake de Lilo y Stitch y un título ajeno al dominio atlántico: Ne Zha 2, producción china que ya es la película animada más taquillera de la historia y, de largo, la más taquillera del año. Así que no, no ha terminado de ser un buen verano.
Pero, alcanzando su final, la cosa ha empezado a remontar. Gracias a Expediente Warren: El último rito y, sobre todo, a otra producción de animación asiática cuyo triunfo (como el de Ne Zha 2) ha sido toda una sorpresa. Y eso que no es la primera película adscrita a la franquicia japonesa Guardianes de la noche (originalmente Kimetsu no Yaiba) que llega a cines. Antes de Guardianes de la noche: La fortaleza infinita hubo otros tres largometrajes. Tren infinito (2021), Rumbo a la aldea de los herreros (2023) y Rumbo al entrenamiento de los pilares (2024) también coronaron la taquilla a su ritmo, con un triunfo del que España ha sido plenamente partícipe. Guardianes de la noche: La fortaleza infinita llegó a nuestros cines simultáneamente a EEUU, el pasado 12 de septiembre. En ambos mercados se ha colocado a la cabeza de la taquilla del fin de semana.
La taquilla española logró en particular el mejor viernes de todo 2025 vendiendo 330.000 entradas. Una de ellas fue la de la periodista cultural Marta Trivi. “El cine estaba llenísimo y todas las sesiones en versión original subtitulada estaban completas. Fue difícil conseguir entrada y vi mucha expectación, muchas camisetas. El público lo dio todo”, recuerda. Guardianes de la noche: La fortaleza infinita se colocó sin problemas por delante de la citada Expediente Warren y de El cautivo de Alejandro Amenábar mientras que en EEUU llegaba a hacer 70 millones de dólares a lo largo del fin de semana. Logros que han terminado de ponerle el broche al mayor de todos, y es que La fortaleza infinita es la segunda película japonesa más taquillera de todos los tiempos.
Todo resulta aún más vertiginoso teniendo en cuenta que la primera es la citada Guardianes de la noche: Tren infinito, con 486 millones de dólares recaudados globalmente que bien podrían ser superados de un momento a otro. La fortaleza infinita lleva 353 millones en un único fin de semana, con lo que asistimos a un fenómeno capaz de dejar atrás los memorables triunfos de Your Name. (2016) o El viaje de Chihiro (2001). Una fiebre masiva para cuyo entendimiento puede resultar tentador pensar en ignotos públicos juveniles, dentro de las inmediaciones de la Gen Z. La experiencia de la que hablaba Trivi, ¿podría recordar a la histeria desatada en las proyecciones de Una película de Minecraft cada vez que aparecía la escena del chicken jockey?
Pues no del todo. “Si parece que Guardianes de la noche tiene más fans entre la Gen Z es porque es un shonen y el shonen está dirigido al público young adult”, dictamina Trivi en referencia a ese género de manga y anime destinado a un público masculino adolescente. “Quienes más consumen young adult son, propiamente, jóvenes adultos”. El mismo público objetivo de otras franquicias como Dragon Ball, Naruto o One Piece. Francesc Miró, periodista cultural especializado en animación japonesa, atribuye el éxito particular de Guardianes de la noche a “una progresiva democratización y conquista de lo mainstream por parte del anime”. Una que “supera con creces cualquier barrera generacional”. Aunque algo de especial debe de tener esta saga concreta.
El nacimiento del fenómeno
Miró tiene claro que parte del éxito “viene de la distribución híbrida de plataformas y cines”. Llega a compararlo con Marvel, que “serializa el argumento para fidelizar la compra de entradas”. De forma similar, de Guardianes de la noche “se distribuyen y estrenan temporadas de varios episodios para que su historia continúe en el cine”. La trama de Tren infinito sucedía en octubre de 2020 a la primera temporada de Guardianes de la noche, estrenada el año anterior. Aquel largometraje, dirigido al igual que toda la serie por Haro Sotozaki (también firmante de los tres filmes posteriores), llegó en un contexto tan delicado como el pandémico. Por eso sorprendió tanto su histórica taquilla.
Las películas de Guardianes de la noche adaptan arcos completos del manga original que Koyoharu Gotouge empezó a publicar en febrero de 2016 dentro de las páginas de la Weekly Shonen Jump, mítica publicación especializada en shonen, y responsable desde los años 80 de los exponentes más conocidos del género. El metraje de las películas, asimismo, se ha ido “reensamblando” en forma de temporadas a lo largo del desarrollo de la serie, hasta culminar con La fortaleza infinita, y todo ha sido seguido puntualmente por un público con muchas más facilidades para acceder al anime de las que se disponía en los años 90 o primeros 2000.
Tanto Trivi como Miró apuntan al nacimiento de Crunchyroll en 2006 como cambio de paradigma. “Ahora puedes acceder a las series al mismo ritmo que se estrenan en Japón”, recuerda Trivi. “No sé si hay otro medio que tenga una plataforma única y exclusivamente para él”, tercia Miró, ya que en efecto Crunchyroll es un servicio de streaming consagrado a la exhibición de anime. Solo que, además de Crunchyroll, hay otras plataformas donde Guardianes de la noche está disponible, como Netflix y Amazon Prime Video. La disponibilidad es absoluta y ha sido clave para que Kimetsu no yaiba sea un fenómeno seguido masivamente a lo largo del mundo.
La sucesión de películas—que además ha distribuido Sony, otorgándole un músculo en la distribución en cines— ha blindado este impacto, aunque Trivi destaca en ese sentido que su desarrollo obedece a algo más que la expansión a otras áreas de mercado. Sobre todo cuando hablamos de La fortaleza infinita, que ha sido concebida como la primera parte de una trilogía que cerraría la historia. Un gran final dentro de un género tan dado al estiramiento indiscriminado como es el shonen —a los cerca de 1.1000 capítulos sin final a la vista de One Piece nos remitimos— y dentro del que Guardianes de la noche es una historia bastante breve. Gotouge apenas ha necesitado de 23 tomos de manga , publicados entre 2016 y 2020, para contarla completamente.
También es una historia de lo más sencilla. Kanjiro, el joven protagonista, ha perdido a su familia a manos de los demonios, y cuando su hermana Nezuko está a punto de convertirse en uno decide unirse a un grupo encargado de cazar a estos seres. A partir de ahí, Guardianes de la noche se articula como una serie de combates con demonios progresivamente más poderosos, hasta alcanzar el arco final. Que es justamente el de La fortaleza infinita y es uno… no demasiado apreciado por los fans. Trivi describe este final como “abrupto”. “En lugar de seguir subiendo de rango, la historia se introdujo en la Fortaleza Infinita para que todos lucharan a la vez, en lugar de enemigo a enemigo. Es como si en Juego de tronos hubieran metido al final a todos los personajes en un castillo para que lucharan entre sí, y el que saliera ganador se hubiera convertido en el rey”.
Se desconocen las razones por las que Gotouge quiso cerrar tan apresuradamente ese manga que hasta ahora ha venido adaptando el audiovisual. Lo que está claro es que Gotouge —de cuya identidad apenas se sabe nada, y la única imagen que los fans tienen de ella es la de un adorable cocodrilo con gafas que suele emplear como firma— decidió retirarse en 2020 arguyendo “problemas familiares”, y que el estudio de animación Ufotable ha optado por una estrategia alternativa para adaptar los compases finales de la historia. Una estrategia que aumentará la escala de la experiencia y, como ha venido quedando claro, los ingresos.