Pareciera increíble, pero uno de los equipos más caros, no tiene asegurado ni siquiera el comodín.

Además de los lideratos divisionales todavía en juego, los equipos con cierta inercia apuestan a este último suspiro donde aventarán todo su nivel en conjunto —o a fuerza de esfuerzos individuales— con tal de alcanzar uno de los boletos con los cuales puede “salvarse la temporada”, si así se le puede decir.

“Salvífico” porque es apenas algo descriptivo para un apenitas si así lo tuvieran los Metropolitanos de Nueva York, un equipo al cual le queda esa expectativa en el pasado del ‘no les duele nada’ y hoy los vemos sacando dos juegos el fin de semana como para medio sobrevivir de lo que era un tobogán bastante fangoso para colmo.

No es innecesariamente paradigmático el caso de los Cervecer

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