El ACV (Accidente Cerebrovascular) es la principal causa de discapacidad adquirida y la tercera de mortalidad en Argentina, donde se registran cada año cerca de 60 mil casos y su impacto sanitario y social depende de la gravedad del episodio, pero también de la rapidez y eficiencia con la que los sistemas de salud logran responder, por lo cual el trabajo en red emerge como una de las estrategias más efectivas para salvar vidas y reducir secuelas.

La Organización Mundial de la Salud define al ACV como una emergencia médica tiempo-dependiente: cada minuto que pasa sin atención se pierden millones de neuronas. Por eso, los sistemas más exitosos son aquellos que -en un entramado coordinado y previsible- integran distintos niveles de atención, desde el primer contacto en la guardia o en un

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