Hace más de medio siglo, Mafalda soñaba desde las tiras del genial Quino :

“Cuando sea grande, voy a trabajar de intérprete en la ONU … Y cuando un delegado le diga a otro “¡Su país es un asco!”, voy a traducir “Su país es un encanto” y ¡claro! nadie podrá pelearse… ¡y se acabarán los líos, y las guerras , y el mundo estará a salvo!”. Luego el dibujante imponía una pausa, hasta el cuadro final, en el que la niña le hablaba a un globo terráqueo : “Eso sí, vos prometeme que vas a durar hasta que yo sea grande, ¡eh!”.

Hoy Mafalda tendría 61 años y el mundo sigue existiendo como ella quería, pero la ilusión multilateral de resolver los conflictos en el seno de la Organización de las Naciones Unidas, creada después de la II Guerra para garantizar la paz y la seguridad mundiale

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