Natalia, ¿cómo fueron los inicios en su profesión?

Provengo de una familia humilde y fui la primera generación en ir a la universidad. Me formé como Contadora Pública y seguí todos los mandatos familiares y sociales que prometían una vida feliz: el cargo, la pareja, la casa, el perro, el auto y los viajes. Sin embargo, me sentía atrapada en una máscara de éxito, sin conexión con mi Ser verdadero. Vivía con miedo a perder lo que tenía y obsesionada con el control, porque allí encontraba seguridad.

Tras la ruptura de mi pareja, inicié un camino de autoconocimiento que transformó mi vida. Luego me formé en distintas disciplinas: soy Eneacoach (Coach a través del Eneagrama), neuroentrenadora, especialista en gestión consciente de las emociones, entre otras. Hoy acompaño a líderes y profesion

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