Las fuerzas armadas de Israel continuaron ayer su ofensiva terrestre en la ciudad de Gaza, el corazón devastado del enclave palestino, con ataques nocturnos que, según funcionarios hospitalarios, dejaron al menos 16 muertos, entre ellos, mujeres y niños. La operación profundiza un conflicto que lleva casi dos años y que ya ha reducido el enclave palestino a ruinas, en medio de una hambruna generalizada y con cientos de miles de personas atrapadas en condiciones extremas.

El Ejército israelí asegura que busca “destruir la infraestructura militar de Hamas”, aunque no ofreció un cronograma. Analistas advierten que la campaña podría prolongarse durante meses. Así las cosas, miles de civiles intentan desplazarse al sur, tras los llamados israelíes a evacuar, pero el éxodo se dificulta por la f

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