Hace 215 años Miguel Hidalgo y Costilla, en la madrugada entre el 15 y 16, tocó fuerte la campana de su parroquia, llamando a la rebelión.

¡Abajo el mal gobierno!, fue el grito que abrió mentes y corazones, que habían estado en silencio durante siglos.

Como crisálidas en su capullo, prestas a buscar su libertad. Lucharon con los que tenían a mano: piedras, azadones, flechas; con lo que podían, se lanzaron a luchar por esta tierra, por su tierra, por sus ancestros, por su libertad, por su derecho de propietarios originarios.

Al inicio, los criollos no buscaban independizarse solo querían más derechos. Sin embrago, Hidalgo y Morelos, ambos de mente clara y mirada de águilas, no veían la salida en remover a un gobernante. Era acabar de tajo con la dependencia económica, política y militar

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