El Atlético de Madrid vivió en Anfield una auténtica montaña rusa de emociones. A pesar de un inicio de partido de película de terror, donde el Liverpool llegó a colocarse 2-0 en apenas seis minutos de juego, el equipo rojiblanco se sobrepuso y sacó su mejor versión para empatar la contienda con un doblete de Marcos Llorente, que volvía a vestirse de superhéroe cinco años después en el jardín de los 'reds'. No obstante, esta gran actuación y todo el esfuerzo del equipo español quedó en vano cuando Virgil van Dijk conectó en el descuento un cabezazo descomunal para poner el 3-2 definitivo y provocar el delirio en la grada y la tensión en el banquillo colchonero, donde pudimos ver a Diego Pablo Simeone encararse con un aficionado rival.
El técnico argentino, después de ser insultado durante