Tal día como hoy, el 19 de septiembre de 1468, era ratificado en la provincia de Ávila el Tratado de los Toros de Guisando, tratado en el que Enrique IV de Castilla reconocía a su hermanastra Isabel como heredera al trono castellano.
El Tratado de los Toros de Guisando fue una de las grandes causas de la Guerra de Sucesión Castellana entre Isabel de Trastámara y Juana ‘la Beltraneja’. Un conflicto cuya semilla ya se había plantado varios años antes.
Las sospechas de que la hija de Enrique IV fuese ilegítima y el trato de favor del Rey con nobles como los Mendoza o su valido Beltrán de la Cueva hizo que un grupo de nobles castellanos se revelase en la conocida Farsa de Ávila, ceremonia en la que depusieron simbólicamente a Enrique IV y entronizaron en su lugar a su hermanastro, el infante