Cómo tantas veces en el pasado (y siempre salimos más pobres, excepto los miembros del hegemón ), el mercado financiero argentino ha entrado en modo pánico después de que el Banco Central comenzara a vender reservas para defender el techo de la banda y que la oposición populista (y sus aliados antimileístas) le propinara otras tres derrotas al Presidente de la Nación en el Congreso de la Nación.
Los actores económicos perciben dos situaciones igualmente alarmantes: a) la gobernabilidad de la Argentina está en juego; b) la solvencia del Estado Nacional para honrar sus compromisos en moneda dura está en duda (unos u$s 7.000 millones de aquí a enero). Y reaccionan como lo han hecho siempre en este país desdichado: dolarizándose .
El dato explosivo del jueves lo reveló el Banco Centra