En la política, los gestos, las frases y hasta los pequeños detalles pueden captar la atención del público. Desde la forma de vestir hasta el modo en que un candidato se presenta en los escenarios, la imagen personal suele despertar casi tanto interés como las propuestas de gobierno.

Los debates presidenciales, los discursos ante la legislatura o los actos de campaña no solo sirven para comunicar ideas. También son espacios donde los ciudadanos reparan en cómo se mueve un político, su tono de voz e incluso la diferencia de estatura con quienes lo rodean.

En Estados Unidos, presidentes y gobernadores han estado bajo el ojo de ese interés paralelo. La altura de figuras como Abraham Lincoln -uno de los más altos en ocupar la Casa Blanca- o de líderes más contemporáneos, ha sido tema d

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