Cuando escuchaba el lugar común de que la venganza es un plato que siempre se come frío, cierta persona desenfundaba la ironía: “como el caviar y las ostras”. En Vox, el partido maldito de la democracia española, se están relamiendo con la cena fría que vislumbran en el horizonte, regada abundantemente con Pol Roger helado, el champagne favorito de Churchill.
Nos referimos especialmente a Vox-Andalucía, formación que tiene algunos asuntillos pendientes con el PP desde que Moreno Bonilla los utilizó cual kleenex para conquistar la Junta y luego les puso esa sonrisa de los galanes antes de dejar plantadas a las novias deshonradas. Eran otros tiempos y Vox ha aprendido la lección. La próxima vez que el PP necesite sus votos el galán se va a tener que emplear a fondo. Que vaya ahorrando para