En los pasillos de la prisión, Benedicto Castiblanco afronta cada día la realidad impuesta tras una sentencia de 15 años y 11 meses de cárcel, consecuencia del asesinato de su hermano, John Freddy, en medio de una disputa familiar por una propiedad. En el pódcast Más allá del silencio , Castiblanco compartió cómo la culpa y el dolor lo acompañan permanentemente: “Esto no es fácil, esto no fue... no fue un juego. No es algo que usted hizo y ya se puede olvidar o lo puede borrar con un borrador o algo así. Es algo que va a quedar ahí todo el tiempo”.

El recuerdo de lo ocurrido y el impacto en la familia son imposibles de evadir. Castiblanco relató que, tras el crimen, su vida quedó marcada por la necesidad de cuidar a su madre, una mujer de 75 años que quedó sumida en el dolor por la pérd

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