El 3 de mayo, en el Estadio Nacional, Universidad de Chile celebró con un gol agónico de Rodrigo Contreras ante la UC, un tanto que se gestó tras un error en la zaga cruzada: el despeje fallido de Tomás Asta-Buruaga terminó en los pies del delantero, que no perdonó. La jugada definió el duelo y desató una tormenta para el defensor.
El jugador de 28 años rompió recientemente el silencio en una conversación con el podcast del Sifup. Ahí relató el costo personal que arrastró después de ese partido. No solo sufrió la presión deportiva propia de una caída dolorosa, sino que además debió enfrentar un escenario mucho más delicado: amenazas directas contra él y su familia.
“Lo pasé bien mal, hasta me daba vergüenza salir a la calle. Sentía que si salía, me iban a putear. Veía gente con la camise