Aunque parezca increíble, un grupo de medusas es capaz de detener la producción de una gran central nuclear. Así sucedió este mismo mes de agosto en la mayor central de Francia, situada en la localidad de Gravelines, muy cerca ya de Bélgica, que se vio obligada a parar varios de sus reactores debido a la presencia masiva de una especie de medusa que, según concluyeron los responsables de la instalación, podrían afectar a la central.
La proliferación de estos organismos marinos en las costas de Gravelines, junto al Canal de la Mancha, provocó una acumulación de ejemplares de medusa luna asiática (especie invasora procedente del Pacífico) en los sistemas de refrigeración de la central, es decir, en los filtros de agua que se usan para mantener la temperatura adecuada.
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